El Chaw Fan es uno de los clásicos a la hora de pedir delivery de comida y su variante con pollo, uno de los más populares. Buscando un poco su historia, resulta que el chaw fan, chow fan o chaufan, - según el imprentero que que confeccionase el menú en cuestión - tiene aproximadamente 4.000 años de antigüedad: el primer registro histórico de la receta se remonta aproximadamente al año 600D.C.
Si bien existen muchas variaciones a lo largo del mundo, la que se suele vender aquí es conocida como Yángzhōu chǎofàn y es relativamente fácil de hacer en casa.
- 150 gr de Pechuga de pollo
- 100 gr de Arroz largo fino
- 1 Zanahoria chica
- 1 Rama de verdeo con hojas
- 2 Dientes de ajo
- 1/2 Cebolla
- 2 Huevos
- 1 cucharadita de jengibre rallado (opcional)
- 3 gr de Ajinomoto (glutamato de sodio, opcional)
- Sal
- Pimienta negra
- Aceite de girasol
- Ají picado
- Aceite de sésamo (opcional)
Primero, antes deberían leer toda la receta, para planear todo con tiempo y en segundo lugar, salvo que tenga una cocina con una hornalla de 20.000 Cal, el wok no le va a servir para mucho: éste va a calentar solo el fondo y los bordes van a quedar fríos. Por eso las hornallas para wok son más altas y tienen más fuego.
Teniendo en cuenta que las cocinas hogareñas tienen una salida de aproximadamente 1.500 Cal se va a quedar corto. Por esta razón lo mejor es usar una sartén grande con el fuego fuerte.
Al principio va a quedar así muy opaca el agua.
Luego de varios lavados va a quedará el agua clara.
Escurrir bien.
Poner a calentar una olla con un chorro de aceite. Agregar el arroz y revolver.
El punto que queremos conseguir es verlo nacarado. Se tiene que ver un poco transparente en los bordes.
Agregar el agua. Considero que la proporción ideal es 300 cc de agua por cada 100 gr de arroz. Agregar también sal a gusto. En lo personal, una cucharadita para esta cantidad.
Con el fuego al máximo, llevar a punto de hervor tapado. En cuanto empiece a hervir, bajar el fuego al mínimo.
Estará hecho cuando ya no quede agua en el fondo.
Desparramar en un plato y llevarlo a la heladera. Lo ideal es dejarlo de un día para el otro, pero si no se puede, dejarlo reposar en la heladera por lo menos 3hs.
Cortar el pollo en tiras, recomiendo golpear un poco cada pieza con el canto del cuchillo para ablandarlo un poco.
Batir los 2 huevos.
Debe quedar así: como unos huevos revueltos bien secos, pero sin quemarse.
Reservar el huevo en recipiente aparte. Poner el pollo en la sartén a fuego fuerte.
Cocinar hasta que se encuentre totalmente hecho y reservar en recipiente aparte.
Aquí tiene una decisión que tomar. Si cambia de sartén el arroz va a salir mucho más blanco, pero va a perder todo el fondo de cocción que aporta mucho sabor. Por ese motivo soy partidario de hacer todo en una misma sartén. En la misma sartén agregar las zanahorias con un poco de aceite.
Siempre revolviendo constantemente, cocine las zanahorias hasta que estén casi hechas: si ve que se queman un poquito en las puntas no hay problema. En ese momento agregar la cebolla y la parte blanca de la cebolla de verdeo.
Seguir cocinando hasta que la cebolla empiece a transparentar. Agregar el ajo triturado y el jengibre rallado.
Revolver unos segundos y agregar el pollo, el huevo y el arroz. Mezclando bien y rompiendo todos los pelotones de arroz que puedan quedar. No se asuste si cuando saca el arroz de la heladera parece que es todo un mazacote: en cuanto se caliente comenzará a separarse.
Cocinar uno o dos minutos revolviendo para que el pollo y el huevo vuelvan a tomar temperatura, agregar la cebolla de verdeo y el ajinomoto.
Revolver bien y ya está listo para emplatar.
Como pueden ver el arroz no queda pegado y los ingredientes queda perfectamente cocinados.
Les recomiendo acompañar el plato con soju (Una bebida alcohólica clásica coreana) frio. Y por supuesto le pueden agregar salsa de soja o salsa agridulce de tomate si lo prefieren al plato.
Aguardo sus comentarios y fotos.
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